Entre 1896 y 1910 la Villa San Michele fue el hogar del escritor y físico sueco, Axel Munthe. La aparición de su libro en 1929, en inglés de “La Historia de San Michele”, trajo consigo un éxito tan grande que inmediatamente después hubo una segunda edición, y en los años siguientes los lectores viajaban a Capri para contemplar el hogar del autor nombrado en el título. La villa se abrió al público como un museo y desde entonces continúa recibiendo visitantes.
La villa llegaría a convertirse en una atracción turística de pleno derecho que promovió aún un mayor número de ventas del libro. En los años 30 las traducciones eran muy numerosas, estimándose alrededor de 50 idiomas.
Villa San Michele no es una residencia en el significado de la palabra, sino más bien la punta de lanza de los pensamientos y sentimientos de Axel Munthe sobre la belleza y las grandes cuestiones de la vida, pero al mismo tiempo está abierta a interpretación personal.
Se encuentra al Noreste de Anacapri, 327 metros sobre el nivel del mar, donde disfruta de una de las vistas más impresionantes del golfo de Nápoles, hay que recordar que en la época del Imperio romano existía aquí una gran villa., las ruinas, conservadas por Axel Munthe aún son visitables en el jardín hoy en día.
Los restos de una capilla medieval también se encuentran en la zona y tras varios acontecimientos fue colocada en su posición actual. La vista general del jardín, la estructura arquitectónica y la colección de arte forman una experiencia única y refleja la típica esencia romántica de aquel siglo.
La Villa da la bienvenida al mar y al cielo y produce un impacto indicado en el libro como una preciosa ambición hacia la satisfacción "Mi casa debe estar abierta al sol al viendo y al sonido del mar, como un templo griego, y luz, luz en todas partes".
Igual de bien que convertida en museo Villa San Michele funciona como un pequeño oasis, donde alrededor de un centenar de estudiantes y artistas suecos organizan actos culturales y musicales en ocasiones privados y en otras abiertos a todo el público.
La arquitectura del lugar ha sido creada para dar mayor énfasis, si cabe, a la belleza del paisaje, al mismo tiempo que forma un marco incomparable para las obras de arte que contiene. A este respecto el parque juega un rol muy importante, es de destacar el encanto poético de las estatuas semiabandonadas con la hiedra junto a las piezas de mármol llenas de musgo diseminadas por todos los rincones. El número de objetos en mármol, piedra, mosaico y terracota suman un total de 655. Hay además alrededor de 530 obras en madera, metal, cerámicas y textiles. La colección puede decirse que se divide en varios temas principales, como son la naturaleza y las imágenes de animales, así como la muerte. Pero este gran número de citadas obras no se encuentran rígidamente programadas en una exposición fija sino que más bien están amalgamadas todas ellas, ya que independientemente de su calidad artística lo que prevalecía, y se sigue manteniendo, era el valor sentimental que tenían para el Dr Munthe. De hecho la colección de San Michele no contiene obras adquiridas en otras colecciones ajenas.
El inventario del museo engloba diferentes periodos históricos desde la Antigüedad hasta comienzos del siglo XX. Las antigüedades clásicas son romanas, egipcias y etruscas. Solo unas pocas son originales de la villa imperial que se encontraba en el lugar. Los restos que se conservan son partes de edificios, ornamentos y frescos decorativos.
En el especial microclima creado en el jardín lleno de flores creado por el propio Axel existe una selección de flora mediterránea que convive en armonía con plantas de otros continentes quizás un tanto exóticas. Entre las joyas, Kochia saxicola, extinta en el resto del mundo solo puede sobrevivir en Capri.
Su diseño aún permanece según el propósito de Munthe al dejar el lugar, al llegar uno pasa bajo una galería abierta que da lugar a una pérgola y a continuación a una serie de terrazas con unas vistas panorámicas impresionantes. Se puede decir que es en este lugar donde encontramos los espacios más abiertos de toda la Villa y los rincones más íntimos y secretos.
A cada paso encontramos macetas, ánforas y varias obras de arte. Multitud de flores como camelias, azaleas, rosas, lilas haciendo del lugar un pequeño paraíso con el color azul intenso del Mediterráneo de fondo.
GALERÍA - Click para ampliar
Lo cierto es que es uno de los lugares imprescindibles a visitar en Capri, si las imágenes que os traigo no son suficientes os dejo su página web donde podréis encontrar toda la información de Villa San Michele, además de una pequeña visita virtual.
Unas fotos preciosas, parece interesante el lugar.
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