Boceto de la resurrección de Miguel Angel
Hoy Finaliza la celebración del Triduo Pascual y con él la Semana santa cristiana. Para los cristianos, y la explicación que se me dio de niño a qué estábamos celebrando, es la conmemoración anual de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús de Nazaret.
Fácil, simple y contundente, pero para alguien con inquietudes, que conoce la tendencia a maquillar las celebraciones ancestrales otorgándoles un nuevo sentido, no se conformará con esa respuesta y querrá profundizar, más si sabe que la Pascua con tal nombre es anterior a la tradición cristiana y de paso darle sentido a los conejitos, los huevos de colores, la fogata de la vigilia pascual e incluso la isla, aunque tenga poco que ver, que hacen referencia a esta festividad.
El tema de la Isla de Pascua y la fogata son fáciles, así que las eliminaremos ya de la ecuación.
Rapa-Nui, ubicada en el Océano Pacífico, fue rebautizada por el navegante neerlandés Jakob Roggeveen, que la descubrió el 5 de abril de 1722, fecha correspondiente al día de Pascua de Resurrección. Recibió así el nombre de Paasers en neerlandés, que luego fue traducida al español como «Pascua». Con este nombre, y sus traducciones, es conocida la isla internacionalmente.
Las fogatas de la vigilia pascual, con intención de simbolizar la luz de la Resurreción, fuego del cual se enciende el cirio pascual, es una práctica que introdujo San Patricio en Irlanda con el fin de sustituir la costumbre de los druidas, de encender hogueras en honor a la primavera y espantar a los espíritus del invierno.
El tema de los conejos y los huevos pintados es más “complejo”, profundizar en este tema y en los propios orígenes de la pascua me ha provocado vértigo y es un tema mucho más interesante a la par que extenso para investigar de lo que pudiera parecer en un principio, os invito a que indaguéis al respecto.
Se ha sugerido que, al igual que Halloween, sus raíces pueden ser europeas. En la zona germánica, como en otras regiones del mundo, la evangelización no pudo desarraigar del todo los festejos más importantes de estos pueblos. Allí se celebraba antiguamente una fiesta en honor a Ēostre diosa pagana germánica de la primavera, la fertilidad y la luz.
Si nos fijamos en los orígenes de esta celebración en diferentes culturas veremos que el tema de la primavera y la fertilidad se vuelve recurrente. Japón por ejemplo, hoy estará celebrando su particular (permitidme la ironía sin intención de ofender) domingo de resu-erección, el Kanamara Matsuri (Festival del falo de metal) un festival sintoísta en honor a la fertilidad celebrado anualmente cada primavera en Kawasaki. Las fechas exactas varían, aunque la celebración principal tiene lugar siempre el primer domingo del mes de abril. El tema principal del evento es la veneración al pene.
El conejo, era un símbolo de la fertilidad asociado con la diosa fenicia Astarté (en fenicio Ashtart) (De la que derivan los nombres actuales de Esther y Estela), a quien además estaba dedicado el mes de abril, es la asimilación fenicia de una diosa mesopotámica que los sumerios conocían como Inanna, los acadios como Ishtar y los israelitas Astaroth y que correspondería con la diosa griega Afrodita, la romana Venus y la mencionada Ēostre germánica. En alusión a esa diosa, en algunos países a la festividad de pascua se la denomina Easter, originalmente la festividad para honrar a la diosa teutónica de la luz y de la primavera. Ya en el siglo VIII los anglosajones habían transferido dicho nombre a la fiesta cristiana que designa la celebración de la Resurrección de Cristo.
Hay quien incluye al conejo dentro de la tradición cristiana, relatando que un conejo estuvo encerrado en el sepulcro junto a Jesús y presenció su resurrección; al salir de la cueva junto con Jesús, fue el mensajero que comunicó a todos la buena nueva, regalando huevos pintados. (… Sin comentarios)
En referencia al origen de los huevos dentro de la tradición, existen varias teorías, insinuando incluso reminiscencias prehistórica. Tras el duro invierno, y cuando apenas quedaban provisiones, con la llegada de la primavera volvían las aves desde el sur y empezaban a poner huevos, de los que se alimentaban los hombres hasta que podían volver a cazar.
Para los Judios el huevo de Pascua aparece en el Séder pascual, la Cena de Pascua, como símbolo del corazón duro del faraón Ramses II, que no permitía salir al pueblo hebreo de Egipto.
Para los cristianos puede tener algo que ver la prohibición decretada por la Iglesia en el siglo IX, de no consumirlos durante toda la cuaresma por considerarlo equivalente a la carne, por lo que la gente los cocía y los pintaba para diferenciarlos de los frescos y poderlos consumir el día de Pascua de Resurrección.
En la Edad Media se extendió la costumbre de regalar huevos por Pascua, y para que fueran más preciados, se decoraban pintandolos o incluso en las cortes europeas se bañaban en oro.
[Un punto interesante para profundizar en otro post, son los huevos de Fabergé, sesenta y nueve joyas creadas entre 1885 y 1917 por Peter Carl Fabergé para los zares de Rusia en conmemoración a la pascua que es la Fiesta más importante del calendario de la iglesia ortodoxa rusa]
Resumiendo, Pascua (“Paso”) significa para los cristianos la resurrección de Jesucristo, para los Judíos simboliza su escape del cautiverio de los Egipcios y se relaciona también con el “paso” del Mar Rojo, para muchas otras religiones y tradiciones de distinto marco temporal representa el paso del invierno a la primavera.
A principios del siglo IV había en la cristiandad una gran confusión sobre cuándo había de celebrarse la Pascua cristiana o día de Pascua de Resurrección. Habían surgido en aquel momento numerosas tendencias o grupos de practicantes que utilizaban cálculos propios. Ya en el Concilio de Arlés (en el año 314), se obligó a toda la Cristiandad a celebrar la Pascua el mismo día, y que esta fecha habría de ser fijada por el Papa, que enviaría epístolas a todas las iglesias del orbe con las instrucciones necesarias. Sin embargo, no todas las congregaciones siguieron estos preceptos.
Es en el Concilio de Nicea I (en el año 325) donde se llega finalmente a una solución para este asunto. En él se estableció que la Pascua de Resurrección había de ser celebrada cumpliendo unas determinadas normas:
-Que la Pascua se celebrase en domingo.
-Que no coincidiese nunca con la Pascua judía, que se celebraba independientemente del día de la semana. (De esta manera se evitarían paralelismos o confusiones entre ambas religiones).
-Que los cristianos no celebrasen nunca la Pascua dos veces en el mismo año. Esto tiene su explicación porque el año nuevo empezaba en el equinoccio primaveral, por lo que se prohibía la celebración de la Pascua antes del equinoccio real (antes de la entrada del Sol en Aries).
No obstante, siguió habiendo diferencias entre la Iglesia de Roma y la Iglesia de Alejandría, si bien el Concilio de Nicea dio la razón a los alejandrinos, estableciéndose la costumbre de que la fecha se calculara en Alejandría, que lo comunicaba a Roma, la cual difundía el cálculo al resto de la cristiandad.
Finalmente fue Dionisio el Exiguo (en el 525) quien desde Roma instauró y unificó el cálculo alejandrino de la pascua cristiana.
La Pascua de Resurrección es el domingo inmediatamente posterior a la primera Luna llena tras el equinoccio de primavera, y se debe calcular empleando la luna llena eclesiástica; sin embargo, ésta casi siempre coincide con la Luna llena astronómica.
Que Estela deriva de la fenicia Ashtart no? vaya vaya ....lo que se aprende leyendo este blog entretenido a la par que didáctico jaja
ResponderEliminarMuy buen post y la cabecera semanasantera parece que ha quedado bien
Ya hablaremos
pd. que bien sientan los domingos de resu-ereccion oiga usted
Estás fatal de lo tuyo.
ResponderEliminarA mi me ha gustado la parte en la que Jakob descubre la isla de Rapa Nui.... habra alguna conexion con la roca negra, el humo negro y el oceanic 815... sera todo simple coincidencia... quien sabe
ResponderEliminar:D
Un post genial!!
Muy buen post, me ha gustado mucho. La verdad es que tiene su mérito unir todos esos cultos diferentes en una sola fiesta. Lo del conejo que presenció la resurrección de Cristo queda como muy rebuscado :P Aquí se cumple aquello de "si no puedes vencer a tu enemigo, únete a él".
ResponderEliminarUn abrazo ;)
Ygg, estas en todo, se me habia pasado por alto ese detalle, muy aguda.
ResponderEliminar;)
Noelia, gracias por tu comentario. Tienes razón siempre han sido muy amigos de unirse a sus enemigos "transformando" los motivos de las fiestas o plantando cruces en "lugares de poder", a mi modo de ver, una especie de competencia desleal.
Un abrazo chula