Tenía pensado continuar el ciclo budista con lo comentado en otros capítulos, es decir, las 4 nobles verdades, sin embargo he decidido hacer un cambio de planes y centrarme en otro elemento muy importante en el budimo y la razón de este cambio es quizás un tanto anecdótica.
Realmente yo no me considero fan ni seguidora de mangas ni series de anime por mucho que mi compañero de blog lo ha intentado y seguirá intentando, sin embargo sí hay una serie que siempre me ha gustado y en concreto un personaje, os estoy hablando de Saint Seiya, en España Los Caballeros del zodiaco. Ya la he nombrado en otros artículos como el de Andrómeda, esta vez el punto que me ha hecho profundizar en el tema que os traigo es el caballero Shaka de Virgo. En el mundo creado por Kurumada la influencia griega es practicamente total en todos los ámbitos y personajes de la historia, sin embargo con Shaka éste decidió darle conocimientos budistas. Budismo, manga y mitología en un personaje le hace claro candidato a un artículo en A mi me da Miedo como así será en un futuro cercano.
Pues bien para los legos en la materia, Shaka en la última saga de la serie centrada en el mundo del Hades griego, aparece en todo su esplendor mostrando no solo sus conocimientos budistas, sino también posturas de la mano, sus técnicas, los mandalas y por encima de todo, su rosario budista, lo que se conoce como un Mala. El uso que hace de este elemento me encendió la bombilla de la curiosidad y decidí profundizar en su origen, significado y usos.
Dentro de la religión budista, toda acción tiene significado, todo objeto es visto como una herramienta para el desarrollo humano.
Según se cree el origen de este se origino en la India, en el siglo V A.C. por los fundamentos del budismo, un culto hindú de Siva o Sakyamuni, también conocido como Siddhartha Gautama o Buda. Más tarde la utilización de las cuentas (bolas) de rezos se extendió a China, Japón y el Este.
Siendo en la India, China, Tibet, Nepal y Japón donde más predomina la utilización de malas en la practicidad del budismo actual.
Tradicionalmente, el rosario budista consta de 108 cuentas del mismo tamaño y una mas grande que se asemeja a una estupa (edificación religiosa budista) que simbolizan los 108 pecados o fallos a los que tiende la especie humana. Su forma alargada representa “el estado de la verdad” que se alcanza cuando se comprende que no hay un ego o un Yo.
En el “Estado de la Verdad” todas las cualidades de la mente se manifiestan libremente.Dicho de otra manera la eliminación de los miedos y “vicios” de nuestra conciencia.No existe un ego y se experimenta una gran paz interior por haber conseguido dicha realización, donde las cualidades que tenemos y obtenemos se muestran de forma práctica como acciones o actividades de un bodhisattva o camino de la “iluminación suprema”.
Existen diversas explicaciones de por qué el mala tiene 108 cuentas, la mas antigua debido a que 108 es el número sagrado que predata el surgimiento del budismo (dentro del hinduismo 108 es el número clásico para nombrar a las deidades o dioses). Otra de las posibles explicaciones es que según las creencias budistas existen ocho tipos de conciencias.
Primero están los cinco tipos de conciencias de los sentidos: gusto, olfato, visión, tacto y oído. La sexta es como la “conciencia policía” que mantiene un ojo en lo que sucede. La séptima es la “conciencia que almacena” y la octava es la conciencia del lenguaje, símbolos y objetos que existen en el mundo.
Después de alcanzar los 8 tipos de conciencia (budeidad) estos se transforman en una novena “la conciencia que todo lo sabe y todo lo logra” donde todo se conoce instintivamente.
De este modo las cosas y lo que sucede no se experimenta o se conoce a través de los sentidos sino directamente a través de la vibración de cada átomo del cuerpo.
Cuando esto sucede se despiertan en la unión de mente y cuerpo, 100 budas en la forma de 42 budas pacíficos y 58 de enorme poder. Por lo que el número de 108 representa los ocho tipos de conciencia antes del estado pleno de realización y los 100 budas que se manifiestan a través del estado iluminado de la mente.
Otro tipo de mala es el de muñeca formado por 9, 22 o 27 cuentas, este fue creado por los monjes tibetanos para hacer más cómoda la recitación en cualquier momento o lugar.
Los malas pueden hacerse de diferentes materiales, desde semillas de árboles o hueso hasta como en tiempos más modernos la utilización de minerales del tipo ámbar, rubí o cuarzo rosado. Tradicionalmente eran consagrados o purificados mediante una limpieza de la mezcla de los cinco productos derivados de la vaca de color anaranjado: leche, mantequilla, yogurt, orina y excremento.
Los malas realizados de semilla de loto con su origen en China, sándalo rojo y los del árbol de bodhi son los mas utilizados en los mantras ya que son considerados los mas idóneos para la practicidad del budismo tibetano.
Especialmente los del árbol de bodhi, el mismo tipo de árbol bajo el que se sentó Buda cuando alcanzo el estado de plena realización de la mente.
El mala es utilizado para llevar el registro de los rezos llamados mantras o palabras de poder, sílabas dotadas de profundo significado y utilizadas como medio de protección mental contra las ideas extremas, el hundimiento mental y las emociones y actitudes perturbadas.
Los mantras se recitan con el propósito de ejecutar los cuatro karmas o actividades iluminadas: pacificar (los obstáculos en el camino), enriquecer (el potencial de desarrollo), fascinar (a los seres hacia su despertar) y destruir (los obscurecimientos al conocimiento).
El mantra más popular y utilizado del budismo es OM MANI PADME HUM, y esta relacionado con el bodhisattva de la compasión o Avalokiteshvara.
En este mantra, OM representa la presencia física de todos los budas. MANI simboliza la joya de la compasión capaz de lograr todos los deseos. PADME es el loto, la flor bonita que nace del barro la cual simboliza la superación de cualidades negativas y el inicio de las positivas y HUM es la representación de la mente iluminada.
Cuando se utiliza el mala, se debe decir un mantra por cada cuenta. Se rota el pulgar en una dirección horaria sobre cada cuenta hasta llegar a la cuenta estupa, entonces se rota de nuevo el mala y se vuelve de vuelta por el mismo camino de recuento.
Durante la meditación según las creencias tibetanas es mejor visualizar totalmente el buda bien enfrente o por encima. Ya que esto hace que se tenga la sensación de que el cuerpo esta dentro del campo de bendición de un Buda. Un estado donde mente, cuerpo, mala, mantra y buda se unen en una “meditación completa”.
Por ultimo cuando este no se esta usando se coloca sobre la muñeca izquierda enrollado en tres vueltas o bien se coloca alrededor del cuello.
El mala ha sido sólo otro escalón en el viaje budista, si estáis interesados nos veremos en
- Dharma. De perdidos al Buda [IV]
tengo una sensaciíon absolutamente ambigua frente al budismo,
ResponderEliminarsiempre me interesó más como forma de pensamiento
un gran abrazo!!