El delta del Okavango

La mayor parte de los ríos se dirigen hacia el mar pero no ocurre así en el caso del Okavango. Este río empieza timidamente en la meseta de Angola y se crece a medida que se dirige hacia el sureste, ya en Bostwana, donde forma un delta interior que tiene una superficie superior a los 15.000 kilómetros cuadrados. Entonces de manera gradual, el río va desapareciendo en los lindes del desierto del Kalahari. Geológicamente es fácil de explicar debido a las lineas de fractura que se formaron hace dos millones de años, con el desplazamiento de las placas geológicas, dieron lugar a la cuenca que contienen los pantanos del Okavango.Al extender sus brazos en Bostwana septentrional . el río queda encajonado entre dos lineas paralelas de fractura que forman el mango de la sartén del delta.

Este vergel es el resultado de una coincidencia fortuita entre una precipitación local y un curso de agua de procedencia muy lejana. La tierra que rodea el delta interior tiene su propia estación lluviosa, de octubre a marzo, que fertiliza el Kalahari de tal modo que los animales pueden recorren estas vastas extensiones de tierra en busca de pastos. No obstante, los pozos de agua y los pastos no tardan en secarse en el desierto, obligando a los animales a emprender la búsqueda de alimento y agua. Pero el agua llega finalmente tras un viaje de de mas de 1500 km.

Durante los meses de febrero y marzo, la lluvia cae sobre las tierras altas de Angola, estas aguas tardan casi medio año en cruzar la frontera penetrando en Bostwana septentrional a través del Okavango. Cubre las amplias praderas con una fina capa de agua, que renueva la vegetación. Por tanto la zona disfruta de dos estaciones húmedas, la propia y la que proporcionan las aguas del río haciendo que la vida se multiplique a su alrededor.

Hay que decir que los pantanos del Okavango constituyen el oasis más grande y fértil de todo el continente africano: diariamente recogen más de 22.000 litros de agua del río. Inumerables canales discurren a través de la zona pantanosa, creando un laberinto que cambia constantemente. Estos pantanos proporcionan cobijo a cocodrilos, hipopótamos, búfalos y otros animales salvajes. Aquí viven unas cuatrocientas especies de aves, entre ellas la jacana africana, especie de avefría que parece caminar sobre el agua cuando correa a través de los nenúfares. Aves, muy raras, como la garceta gris pizarra, viven también en la Reserva para la vida salvaje de Moremi, una parte del delta. cuando la estación seca llega al Okavango lleva consigo a elefantes e hipopótamos procedentes de cientos de kilómetros de distancia. Estos animales encuentran agua en las depresiones del terreno que conducen a los pantanos.

El mayor grupo dependiente de los pantanos es el de los herbívoros nómadas que regresan a esta arca de humedad cuando la sequía invade las llanuras. Así, son fáciles de observar antílopes del desierto como el órix del Cabo y el springbok mezcladas con especies de los humedales como el Cob. Se unen a ellos, ñus e impalas propios de praderas herbáceas y ya se sabe que donde hay comida abundan los cazadores: leopardos, guepardos, leones, licaones y hienas disfrutan de las bondades de este ecosistema.

La vida salvaje en el Okavango debe su espléndido aislamiento a la mosca tse-tse, la conocida plaga de las zonas pantanosas que pueden causar a las personas la enfermedad de sueño y al ganado doméstico una enfermedad a menudo mortal, llamada nagana. Durante siglos esta amenaza mantuvo alejados del lugar a los seres humanos. En la actualidad en Bostwana se desea aumentar la zona ganadera y y se está fumigando el delta para eliminar este insecto. Ello podría abrir estos pantanos al pastoreo y cambiar el Okavango para siempre.

Esperemos que se llegue a un estado de explotación sostenible con el medio ambiente.