Espartaco : mito y realidad

Un esclavo tracio está a punto de ser vendido en Roma y ve en sueños que una serpiente se enrosca en su rostro. Su mujer, de su misma raza, profetisa e iniciada en los misterios dionisíacos, interpreta el prodigio diciendo que la visión es un signo de poder grande y terrible con un final desdichado.

Esta es la forma en que Plutarco relata el futuro del libertador de esclavos llamado Espartaco, donde la serpiente vendría asociada con Dionisio-Baco, conocido por ser una divinidad libertadora.

La nueva serie Espartaco: sangre y arena ha hecho resucitar el interés por este ambiguo personaje y un tanto misterioso. Por lo que he comprobado en el artículo citado se han producido acalorados debates acerca del nivel de historicidad de la serie y de su protagonista, para mí lo tengo claro, en esta nueva serie de ficción queda una tenue esencia original, nada más.

Y si hablamos de la historia pura y dura que sabemos de Espartaco tenemos que andarnos con cuidado puesto que fueron los autores griegos y romanos los que nos han legado los testimonios acerca de su rebelión de esclavos, ninguno directo de alguno de sus protagonistas. Y como en toda historia que se precie, cada autor nos cuenta su versión según los intereses y la coyuntura política, así de esta manera podemos encontrarnos relatos que lo ensalzan como Plutarco y Apiano y otros no tan favorecedores como Orosio, Floro y Livio para quienes Espartaco sería poco más que un vulgar bandolero, bastante lejos de un héroe de la libertad.

No están claras tampoco sus intenciones ni siquiera si él era realmente el cabecilla de la rebelión, quizás lo fuera su compañero Crixo, de origen germano o galo. Y su personalidad también está en el aire, algunos lo presentan con una cultura helénica, firme e inteligente y otros le adjudican episodios oscuros como el de sacrificar trescientos prisioneros por la muerte de Crixo.

Podría seguir hablando largo y tendido del tema pero como una imagen vale más que mil palabras os dejo el documental del Imperio Romano dedicado a Espartaco que me ha dejado uno de nuestros lectores en un comentario.